Siento tus firmes manos
acariciando mi piel cual suave terciopelo
y en mi cara tu aliento que me quema,
bebiéndote con avaricia mis besos.
Tus manos siguen la senda de mi cuerpo.
y desembocan en los oscuros rincones de mis deseos,
y allí, cual firmes centinelas
del mayor tesoro que poseo,
y cual ladronas de cuento,
se apoderan de mi voluntad de hierro.
¡Yacimos! yacimos durante mucho tiempo,
tu has hecho que me olvide del mundo,
que ya nada importe en mi pensamiento,
por ti, me dejé robar hasta el último suspiro,
te has convertido ya, en mi dueño.
@Felina
RENACIMIENTO ITALIANO. AMOR Y MUERTE EN TIEMPOS DE LOS BORGIA
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Queridos amigos, conocer la sociedad en la que vivieron muchos miembros de
la familia Borgia, es una condición necesaria para comprender la
experiencia v...
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